Movimiento De Costa a Costa y docencia

maru figueroa de costa a costa

El movimiento De Costa a Costa nació en 2012 como iniciativa de un grupo de entrerrianos que compartíamos la sospecha de que nuestro folklore, lejos de agotarse en la chamarrita, se expresaba en una paleta mucho más amplia de especies y ritmos, a través de la obra de innumerables creadores. Bajo la premisa de ir al encuentro de las formas entrerrianas que se configuraron a partir de usos colectivos de ciertas particularidades (como lo es la preponderancia de la tonalidad menor en el chamamé) fuimos delineando un mapa musical de nuestra provincia, donde encuentran su lugar el chamamé, el tanguito montielero, el rasguido doble, las rancheras y mazurcas, los estilos y claro, la chamarrita.

De Costa a Costa fue creciendo, tanto en el número de sus integrantes, como en sus aspiraciones. La sed de conocimiento fue motor de múltiples proyectos. Los primeros ávidos de saber fuimos y somos nosotros.

“No hay docencia sin discencia” dice Paulo Freire. “Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender”. Este tipo de docencia se fue instalando con toda naturalidad en el movimiento desde el principio. Todos enseñábamos y todos aprendíamos, el uno del otro. De manera horizontal, con humildad, ya que no existe ninguna autoridad en materia de conocimiento popular. Las primeras experiencias que se dieron en el marco de los Encuentros se basaban en compartir información, repertorio, vivencias. Guitarrear. Y escuchar la palabra de músicos mayores. Sabios cultores populares, muchas veces ignorados, cuya experiencia fue y es la fuente de donde abrevar.

Este aprendizaje colectivo, espontáneo y horizontal, donde nos ayudábamos y nos desafiábamos mutuamente, trajo también la necesidad de organizarnos para poder transmitirlo. Así es que, siendo nosotros mismos los primeros “conejillos de indias”, realizamos talleres de ensamble en los cuales mezclamos personas de diferentes edades, formaciones, proveniencia y planteamos el desafío de aprender un tema entrerriano, en unas pocas horas, para luego compartirlo con el resto. Repetimos esta experiencia tantas veces que se volvió uno de los ejes estructuradores de nuestros Encuentros y Jornadas. El Taller de Ensamble es un espacio donde cada participante aporta su bagaje personal a través de su instrumento y se busca, con la guía de un coordinador, crear una nueva versión del mismo.  

Quienes integramos el colectivo De Costa a Costa somos también docentes. Cada uno aporta su experiencia áulica al movimiento y vuelca en su aula cotidiana las inquietudes y las conclusiones a las que vamos arribando grupalmente. Cada espacio se enriquece enormemente y es De Costa a Costa un aula infinita, donde todos nos transformamos, ya sea en una clase, un taller, un encuentro, un escenario o una nota radial. No hay un espacio ni un momento único destinado a enseñar y aprender nuestra cultura. Es un movimiento de permanente acción, creación y reflexión. Por eso no hay recetas ni estrategias. La única recomendación posible, si cabe, es avivar la llama interna de la curiosidad, alimentar la propia necesidad de conocer nuestra música para conocernos a nosotros mismos y contagiar desde la convicción y el gusto personal el deseo de apropiarse de una cultura que nos pertenece y muchas veces nos es negada.